Después de hablar de cómo el polen afecta a nuestras mascotas y qué razas son más sensibles, es el momento de profundizar en algo crucial: cómo puedes detectar si tu propio compañero peludo está sufriendo una alergia al polen. Reconocer los signos a tiempo es el primer paso para aliviar su malestar y asegurar que reciba la atención veterinaria necesaria.
Las alergias al polen en perros y gatos, conocidas como dermatitis atópica, se manifiestan de manera diferente a como lo hacen en los humanos. Mientras nosotros estornudamos y nos pican los ojos, ellos suelen reaccionar con problemas en la piel. Sin embargo, no todos los picores o lamidos excesivos significan una alergia. Aquí te damos las claves para identificarla:
Señales comunes de alergia al polen en perros y gatos
Presta mucha atención a estos comportamientos y cambios en la piel de tu mascota, especialmente durante la primavera y el verano, cuando los niveles de polen son más altos:
- Picor Intenso y Constante: Es el síntoma cardinal. Si tu mascota se rasca, se lame o se muerde de forma obsesiva en áreas específicas o generalizadas. Fíjate si lo hace con más frecuencia o si el picor es tan fuerte que interfiere con su descanso o actividades diarias.
- Zonas Afectadas Comunes: El picor suele concentrarse en:
- Patas: Lamido o mordisqueo constante de las almohadillas y entre los dedos.
- Orejas: Rascado frecuente de las orejas, sacudidas de cabeza, enrojecimiento o mal olor dentro del canal auditivo. Las infecciones de oído recurrentes son un signo muy común de alergia.
- Cara y Hocico: Frotarse la cara contra muebles o el suelo, o lamerse excesivamente el hocico.
- Axilas e Ingles: Zonas con piel fina donde el picor puede ser muy molesto.
- Abdomen y Flancos: Piel enrojecida o con pequeños granitos.
- Cambios en la Piel y el Pelaje:
- Enrojecimiento e Irritación: La piel puede verse inflamada o rojiza en las zonas afectadas.
- Pérdida de Pelo: El rascado y lamido excesivos pueden provocar parches sin pelo.
- Costras o Heridas: Las lesiones por el rascado pueden llevar a infecciones secundarias y la formación de costras.
- Engrosamiento de la Piel: Con el tiempo, la piel en las zonas crónicamente irritadas puede volverse más gruesa y pigmentada (oscurecida).
- Síntomas Respiratorios u Oculares (Menos Comunes): Aunque no son los principales, algunos animales pueden mostrar estornudos ocasionales, secreción nasal clara o lagrimeo excesivo y enrojecimiento de los ojos.
Diferenciando la alergia al polen de otros problemas
Es importante recordar que muchos de estos síntomas pueden ser causados por otras afecciones, como pulgas, ácaros, infecciones bacterianas o fúngicas, o incluso alergias alimentarias. Por eso, la visita al veterinario es indispensable. Un profesional podrá realizar un examen completo, descartar otras causas y, si lo considera necesario, realizar pruebas específicas (como análisis de sangre o pruebas intradérmicas) para confirmar si el polen es el culpable.
¿Qué hacer si identificas estos signos?
Si sospechas que tu mascota tiene alergia al polen:
- Observa y Anota: Lleva un registro de cuándo y dónde ocurren los síntomas, su intensidad y si hay algo que parezca aliviarlos o empeorarlos. Esta información será muy útil para tu veterinario.
- Consulta a tu Veterinario: No intentes automedicar a tu mascota. El veterinario es quien mejor puede diagnosticar y establecer un plan de tratamiento adecuado para aliviar su picor y mejorar su calidad de vida.
Ser un dueño atento y proactivo es clave para ayudar a tu mascota a vivir cómodamente, incluso durante las épocas de mayor polen. Tu observación es su primera línea de defensa.