Es bastante simple afirmar que los canes son los compañeros más fieles del ser humano, pero solo cuando has compartido una gran parte de tu vida con uno, realmente comprendes lo apropiada que es esa afirmación.
El lazo que se puede formar con un perro puede llegar a ser increíblemente sólido. Su lealtad, su cariño y los momentos divertidos que pasas con una mascota contribuyen a fortalecer aún más ese vínculo. Por lo tanto, despedirse de ellos puede resultar muy difícil.
Por ello, es útil tener una idea aproximada de cuánto puede vivir una mascota. Aunque no existe una regla exacta ni una forma de predecirlo con certeza, hay algunos indicadores que pueden ayudarte a estimar su longevidad.
El tamaño y la raza del perro La salud de estos amigos de cuatro patas está estrechamente relacionada con su tamaño y su constitución física, que a su vez están determinados por la raza.
Es posible identificar ciertos problemas comunes en ejemplares de la misma raza. Esto también se aplica a la esperanza de vida, aunque es menos determinante que otros factores. Por lo tanto, no es recomendable seguir ciegamente la idea de que un año humano equivale a siete años de un perro.
En general, parece lógico pensar que los perros más pequeños tienden a vivir más tiempo. Las razas grandes pueden alcanzar alrededor de los 11 años, como los mastines, mientras que algunas razas medianas, como el Chow-Chow, pueden vivir hasta los 11 años, pero un Bull Terrier, por ejemplo, puede llegar a los 14. Las razas pequeñas, por su parte, pueden vivir hasta los 14 o 15 años.
Algunas mascotas de ciertas razas han llegado a vivir hasta los 20 años. Sin embargo, es importante recordar que esto no es una regla fija, ya que un perro grande podría vivir más que uno más pequeño pero con más problemas de salud.
El mestizaje Este es un aspecto a tener en cuenta. A menudo, no se puede establecer una esperanza de vida promedio para perros de razas mixtas. Sin embargo, hay algo demostrado genéticamente, que también se aplica a los seres humanos: los perros mestizos tienden a tener una esperanza de vida más larga, ya que la mezcla genética busca naturalmente los mejores genes.
Lo más importante, en última instancia, es asegurarse de que los perros con los que compartimos nuestra vida tengan una existencia feliz y plena. Esto implica proporcionarles los cuidados necesarios y devolverles todo el amor que nos brindan a sus dueños.