La decisión de transitar los últimos días de nuestra mascota a nuestro lado, priorizando su bienestar y confort por encima de todo, es un acto de amor profundo y valiente. Los cuidados paliativos no se tratan de prolongar la vida a cualquier costo, sino de enriquecer la calidad del tiempo que queda, asegurando que nuestra compañera o compañero se despida rodeado de paz, dignidad y amor.

En CREMAGUADA, comprendemos la profundidad de este vínculo y queremos apoyarte con esta guía para que puedas brindar el mayor confort a tu amigo fiel en su etapa final.

¿Qué Son los Cuidados Paliativos para Mascotas?

Los cuidados paliativos son una filosofía de cuidado centrada en el alivio del sufrimiento y la mejora de la calidad de vida cuando la curación ya no es posible. Su objetivo es manejar el dolor, los síntomas de la enfermedad y proporcionar soporte emocional, tanto para la mascota como para su familia.

Pilares Fundamentales para el Confort en Casa

1. Manejo del Dolor y Síntomas Molestos

Este es el aspecto más crítico. Siempre debes trabajar en estrecha colaboración con tu veterinario, quien puede recetar medicamentos para el dolor, antiinflamatorios u otros fármacos para controlar síntomas como las náuseas o la dificultad para respirar. Nunca mediques a tu mascota por tu cuenta.

2. Crear un Entorno de Paz y Seguridad

Transforma un espacio de tu hogar en un santuario para ella:

  • Una cama ortopédica o acolchonada: Para aliviar la presión sobre sus articulaciones y prevenir úlceras.

  • Temperatura adecuada: Las mascotas enfermas pueden tener problemas para regular su temperatura. Mantén el ambiente cálido y usa mantas si es necesario.

  • Accesibilidad: Coloca su cama, agua y comida en una zona de fácil acceso, lejos del bullicio. Utiliza superficies antideslizantes si tiene problemas para caminar.

  • Calma y tranquilidad: Reduce los ruidos fuertes y las visitas estridentes. Habla con suavidad y muévete a su alrededor con calma.

3. Adaptar la Alimentación e Hidratación

El apetito suele disminuir. Nuestro objetivo es que coma e beba lo que pueda, sin forzar.

  • Alimentación asistida: Puedes ofrecerle pequeñas cantidades con la mano o una jeringa (sin aguja), siempre bajo consejo veterinario.

  • Hidratación constante: Asegúrate de que tenga agua fresca siempre disponible. Puedes ofrecer cubitos de hielo para que lama o caldos de pollo sin sal ni cebolla.

4. Mantener la Higiene con Dignidad

Tu mascota puede tener accidentes o dificultad para acicalarse. Tu ayuda es un acto de amor.

  • Limpieza suave: Límpiala con toallitas húmedas o un paño tibio si se ensucia. Seca bien su piel.

  • Cuidado del pelaje: Cepíllala suavemente para evitar nudos y estimular el contacto afectivo.

  • Cambios posturales: Si no puede moverse, cámbiala de posición cada pocas horas para prevenir llagas.

5. El Poder del Contacto y la Presencia

Tu presencia es el analgésico más poderoso.

  • Contacto físico: Acaríciala suavemente, háblale en un tono calmado. Tu voz y tu olor le transmiten seguridad.

  • Actividades de bajo impacto: Si se siente con ánimos, dedica tiempo a actividades tranquilas como sentarte a su lado en el jardín o simplemente estar presente.

  • Observa su lenguaje corporal: Aprende a leer sus señales. Si se aleja o gruñe, puede significar que necesita espacio. Respeta sus deseos.

¿Cómo Saber Cuándo es Momento de Decir Adiós?

Esta es la pregunta más difícil. La «Escala de Calidad de Vida» del veterinario Dr. Alice Villalobos, conocida como «HHHHHMM», puede ser una guía útil. Evalúa estos siete aspectos:

  1. Hurt (Dolor): ¿Su dolor está controlado?

  2. Hunger (Hambre): ¿Come y bebe por sí misma?

  3. Hydration (Hidratación): ¿Está hidratada?

  4. Hygiene (Higiene): ¿Puede mantenerse limpia?

  5. Happiness (Felicidad): ¿Aún experimenta momentos de alegría?

  6. Mobility (Movilidad): ¿Puede moverse sin dificultad?

  7. More good days than bad (Más días buenos que malos): ¿La balanza se inclina hacia el sufrimiento?

Cuando los malos días superen a los buenos y no puedas controlar su malestar, puede ser la señal más clara de que estás ante el último acto de amor: permitir una despedida pacífica, a tiempo, evitando el sufrimiento.